lunes, 10 de noviembre de 2014

Soleá del pequeño Nicolás

«Farsante, ya no te veremos por Sotogrande». El envidioso (e involuntariamente genial) grito de satisfacción de los rivales del pequeño Nicolás dio pie a estas soleás.

Del poderoso detrás,
o bien a un lado o al otro,
siempre estaba Nicolás.

¿Era un rufián o un espía?
¿O quizá sólo era un groupie
fan de la fotografía?

Porque al joven Paco Nico
no le faltaba en su álbum
ni un político ni un rico.


Aznar, Esperanza, Rato,
Cañete, la CEOE…
de todos tenía un retrato.

De Prosperidad a El Viso
ascendió este querubín
cómo, cuándo y cuánto quiso.

Y trepó con tal pericia
que hasta se coló en la fiesta
de Felipe y de Letizia.

Que una cara de hormigón
tiés que tener pa colarte
en la real proclamación.

Por el CNI o Moncloa
se movía Paco Nico
como en una barbacoa.

Burla, burlando el querube
iba de sarao en sarao
en Audi o en BMW.

Pocas veces conducía
sino que llevaba un chófer
y escolta de policía.

La vida del perillán
discurría desde el mitin
al yate y al restorán.

Se dice que a La Pechotes
en la noche madrileña

le pagaba los gañotes.

Se le acabó a Nico el gozo
cuando, tras un chivatazo,
terminó en el calabozo.

Descubierto ya este cirio
va el médico y le prescribe
megalómano delirio.

Mas del insólito asunto
de este nene delirante
yo hay algo que me pregunto:

¿Quién habrá sido el cipote
que le puso a una mujer
tal grosería por mote?

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